Así se vivió el VI Aniversario de la dedicación de nuestro templo y altar

En el sexto día de nuestras fiestas patronales, se vivió una celebración llena de lleno de signos, reunió a feligreses en un ambiente de fe y devoción que buscó recordar y honrar la presencia de Cristo en su casa.

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Redacción

11/7/20244 min read

En el sexto día del decenario en honor a Nuestra Señora de Los Bosques. La comunidad parroquial vivió ayer, 6 de noviembre, una jornada de espiritualidad y profundo simbolismo al conmemorar el VI Aniversario de la Dedicación de su templo y altar. Este acto litúrgico, lleno de signos, reunió a feligreses en un ambiente de fe y devoción que buscó recordar y honrar la presencia de Cristo en su casa.

La celebración inició con la llegada de la pastoral profética, catequistas que peregrinaron hacia el templo rezando el santo rosario. Este gesto simbolizó una caminata espiritual que unió los corazones de la comunidad en oración, preparándolos para la solemnidad de la ceremonia que estaba por comenzar.

Signos litúrgicos: La dignidad del Templo y Altar

Durante la misa, varios signos litúrgicos llenaron el espacio sagrado de un simbolismo que rememoró la dedicación del templo y del altar. El Canto de la Letanía de los Santos fue el primer signo, invocando a la Iglesia triunfante y a los santos para que acompañaran esta celebración de fe. Este momento buscó conectar a los asistentes con el cielo, reflejando la comunión de los creyentes con los santos que ya gozan de la presencia de Dios.

Luego, la incensación del altar llenó el templo de un aroma solemne, simbolizando cómo las oraciones de la comunidad ascienden al cielo como el humo del incienso. Este acto subrayó la santidad del altar y el respeto que los fieles le tienen como lugar de encuentro entre lo humano y lo divino.

La aspersión con agua bendita fue otro de los momentos destacados. Al rociar a los fieles y las paredes del templo, se recordó el bautismo y el llamado a la pureza espiritual. Este acto no solo purifica el espacio sagrado, sino que también invita a cada asistente a renovar su compromiso bautismal como “piedras vivas” que edifican la Iglesia.

Finalmente, el encendido de las velas en el altar y los muros, usando la luz del Cirio Pascual, representó a Cristo como luz del mundo. Este acto recordó a los fieles que están llamados a llevar la luz de Cristo a sus vidas cotidianas y a ser, a su vez, portadores de esa luz para el mundo.

La homilía del sr. cura José González: Un llamado a la comunidad viva y eucarítica

Durante su homilía, el Sr. Cura José González ofreció una reflexión profunda sobre el significado del templo y altar, así como la misión de la comunidad parroquial. Recordó a los presentes la importancia de una parroquia viva, comprometida con la caridad, la evangelización y la comunión. Hizo un llamado a ser una "comunidad viva", enfocada en el servicio y en vivir la fe en acciones concretas de amor y entrega a los demás. Destacó que una parroquia sin vida, sin fe y sin compromiso en la caridad no cumple con su misión.

Además, el Sr. Cura José González se refirió a la consagración del altar y la comunidad como actos que purifican y protegen contra el egoísmo y la soberbia, y como un canal de gracia y misericordia. Subrayó la responsabilidad compartida de todos los miembros de la parroquia en llevar adelante esta misión, y destacó la importancia de que la comunidad actúe como un reflejo de Cristo en el mundo, mostrando amor, misericordia y compromiso en cada acción.

El padre resaltó la transformación personal y comunitaria a través del Espíritu Santo que debe animar la vida de la parroquia, y cimentada en el amor a la Eucaristía:

Nuestra comunidad a Nuestra Señora de los Bosques ha de ser una comunidad eucarística, enamorada de Jesús Eucaristía. Es por bien de nuestros hijos, para nuestros nietos. Enamorémoslos de Jesús Eucaristía. Que no sea un acto de aburrimiento. Que no sea un acto de cumplimiento. Que no sea un acto externo de nuestra vida, sino nos ayude a profundizar el sentido de nuestra fe para reconocer la presencia real y verdaderamente de Jesucristo, no pidamos otras señales. Aquí está la señal de que Cristo está presente entre nosotros”, declaró.

Un momento único de veneración del Altar

Al concluir la celebración, se realizó un acto especial: la desnudez del altar. Este gesto simbólico, que solo se permite una vez al año en el aniversario de su dedicación, permitió que los fieles subieran al presbiterio para acercarse al altar, orar y venerarlo. Las familias, jóvenes y demás fieles aprovecharon esta oportunidad para tocar el altar, orar en silencio y presentar sus intenciones. Para muchos, fue un momento de profunda devoción y gratitud, donde renovaron su fe y su vínculo con Cristo.

El Padre Juan Antonio, en un gesto de solemnidad, subrayó: “El altar es Cristo, por eso en la misa se besa, se incensa y se le hace reverencia”, destacando el papel central del altar como símbolo de la presencia viva de Jesús entre los fieles y en la liturgia.

Una cena de gratitud y comunidad

Al término de la ceremonia, se ofreció una cena en agradecimiento a los agentes de pastoral por su colaboración en las diversas actividades y servicios que la parroquia brinda a través de ellos. La cena, organizada y preparada por la familia del Sr. Cura José González, fue un momento de convivencia y gratitud. En un ambiente de calidez y fraternidad, los asistentes compartieron la alegría de servir y trabajar unidos en la misión de la Iglesia.

La jornada concluyó con un ambiente de paz y gratitud, reflejando el compromiso renovado de la comunidad con su fe y con la misión de ser testigos de Cristo en el mundo.

Así la celebración en fotos: