Hora Santa: Lectio divina LC 10, 38-42

Únete a la adoración a Jesús Sacramentado. Todos los jueves: desde las 9:30 a.m. (durante el día) y a las 7:00 p.m. (en punto). Esta semana meditamos el Evangelio del próximo domingo.

HORA SANTA

MESC

7/17/20258 min read

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CANTO

Invocamos a Dios Espíritu Santo:

(Invocamos a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad porque es Quién inspiró a los Evangelistas y hagiógrafos –escritores sagrados- a escribir los Evangelios, por lo que sólo Él puede hacer que la Palabra escrita se convierta en Palabra viva).

TODOS: ¡¡Espíritu Santo fuente de Luz, ilumínanos y fortalece nuestro entendimiento!! (3 veces) Santísima Trinidad, hoy me abandono en tu presencia. Padre, gracias por tu amor eterno. Hijo, gracias por enseñarnos tu verdad. Espíritu Santo, abre mis ojos y mi corazón a lo que hoy deseas revelarme. Que tu luz me guíe y me transforme. Amén

PRIMER PASO LECTIO (LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO)

Se debe leer el texto bíblico las veces que se requiera, hasta descubrir a Dios vivo que se hace presente y habla en él. Más que lectura, vemos a Dios cara a cara y escuchamos lo que nos quiere decir. Grabamos las palabras sagradas en la memoria y en el corazón; nos apropiamos de su mensaje, y dejamos que el mensaje se apropie de nosotros, nos ilumine y nos convierta a Dios. Se necesita entonces una lectura atenta, hecha con fe, con actitud de escucha y de obediencia. Se debe prestar suma atención a cada palabra y a cada idea, para descubrir cuál es el tema central y comprender su sentido literal.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 10, 38-42 +

En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús le dijo: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude”.

El Señor le respondió: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”. Palabra del Señor. R: GLORIA A TI SEÑOR JESÚS.

CANTO

2DO PASO. MEDITATIO (MEDITACIÓN)

¿QUÉ DICE EL TEXTO?)

Viene ahora la meditación o profundización del texto; hay que reflexionar ampliamente sobre el pasaje leído, intentando penetrar en él, conocer más de cerca su significado, su sentido y sus implicaciones. Hay que darle vueltas en la cabeza y en el corazón para encontrar el mensaje que Dios quiere dar a través de él.

A este paso los antiguos monjes le llamaban «ruminatio» (rumiar), porque consiste en «masticar», «machacar», «desmenuzar», «buscar y sacar el jugo» del texto que se ha leído, valiéndose de una atenta reflexión sobre él. Las notas de los misales suelen ser muy útiles para la profundización. La meditación les llevará a encontrar en el texto bíblico la palabra viva de Dios que interpela, orienta y modela la vida. (Unos minutos de silencio total para la meditación).

Jesús entra en un poblado y es acogido por sus viejos amigos Marta y María. Jesús no es sólo el primer enviado del Padre, sino también el que, por ser Él la Palabra única del Padre, reúne a los hombres, en nuestro caso los miembros de la familia de Betania.

Si es verdad que hay muchos servicios que llevar a cabo, como la acogida y atención a las necesidades de los demás, es aún más cierto que lo que es insustituible es la escucha de la Palabra. Aquí, el relato de Lucas es al mismo tiempo un hecho real y algo ideal. Empieza con la acogida por parte de Marta, y después presenta a María en la actitud propia del discípulo, sentada a los pies de Jesús y atenta a escuchar su Palabra.

Esta actitud de María resulta extraordinaria, porque en el judaísmo del tiempo de Jesús no estaba permitido a una mujer asistir a la escuela de un maestro. Hasta aquí vemos un cuadro armonioso: la acogida de Marta y la escucha de María.

Pero la acogida de Marta se convertirá en breve en un súper activismo: la mujer está “tensa”, dividida por las múltiples ocupaciones; está tan ocupada que no consigue abastecer las múltiples ocupaciones domésticas.

La gran cantidad de actividades, comprensible por tratarse de un huésped singular, sin embargo resulta desproporcionada, hasta el punto de impedirle vivir lo esencial justo en el momento en que Jesús se presenta en su casa. Su preocupación es legítima, pero pronto se convierte en ansia, un estado de ánimo no conveniente para acoger a un amigo.

Su servicio de acogida es muy positivo, pero resulta perjudicado por el estado ansioso con que lo realiza. El evangelista deja ver al lector que no hay contradicción entre la diaconía de la mesa y la de la Palabra, pero pretende presentar el servicio en relación con la escucha.

Marta, al no haber relacionado la actitud espiritual del servicio con la de la escucha, se siente abandonada por su hermana y en vez de dialogar con María se queja al Maestro. Atrapada en su soledad, se enfada con Jesús que parece permanecer indiferente ante su problema (“¿No te importa…?”) y con la hermana (“que me ha dejado sola en el trabajo”).

En su respuesta, Jesús no la reprocha ni la crítica, pero busca ayudar a Marta a recuperar lo que es esencial en aquel momento: escucharlo. La invita a escoger la parte única y prioritaria que María ha escogido espontáneamente. El episodio nos alerta sobre un peligro siempre frecuente en la vida del cristiano: los afanes, el ansia y el activismo pueden apartar de la comunión con Cristo y con la comunidad.

El peligro aparece de manera muy sutil, porque con frecuencia las preocupaciones materiales que se realizan con ansia las consideramos una forma de servicio. Lo que preocupa a Lucas es que en nuestras comunidades no se descuide la prioridad que hay que dar a la Palabra de Dios y a su escucha.

Es necesario que, antes de servir a los otros, los familiares y la comunidad eclesial sean servidos por Cristo con su Palabra de gracia. Cuando estamos inmersos en las tareas cuotidianas, como Marta, olvidamos que el Señor quiere cuidar de nosotros. Por el contrario, es necesario poner en manos de Jesús y de Dios todas nuestras preocupaciones.

CANTO

3er PASO ORATIO (ORACIÓN)

¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR EN EL TEXTO?

Ahora, después de haber escuchado a Dios, estableces un diálogo amistoso con Él, a través de la oración en silencio, platicas con Él y te unes a Él consciente, libre y amorosamente. A diferencia del ejercicio de la inteligencia que supone la meditación, la oración es un ejercicio del corazón, pues representa un encuentro vital, íntimo y sensitivo con el Señor. Le abres a Dios tu corazón, para que pueda moldearlo con amor.

Este Evangelio que escucharemos el próximo domingo, es uno de los pasajes que a mí más me gustan, porque nos revela de una manera clarísima el sentido de lo esencial en nuestra vida.

Yo creo que no siempre se ha hecho justicia a Marta. Marta estaba haciendo una cosa estupenda, maravillosa: estaba sirviendo al Señor. El problema no está en servir al Señor, sino en la manera de hacerlo. Lo que Jesús reprueba no son sus servicios y sus atenciones, sino la agitación, la dispersión, el andar corriendo en mil direcciones y perder la paz del corazón.

Marta se deja ganar por lo urgente y sacrifica lo importante; se queda en el activismo y olvida la contemplación, la escucha de la palabra del Señor, que es lo que verdaderamente importa. Marta acoge a Jesús en su casa, pero María lo acoge dentro de su corazón, en su propia intimidad.

Por eso, creo que habría que preguntarnos hoy a qué damos nosotros más importancia en nuestra vida: al "actuar" o al "ser"; a la oración y a la contemplación, que es la condición indispensable para una acción fecunda en el apostolado. Si no tenemos el corazón lleno de Dios, nuestra acción será sólo un ruido vacío y estéril.

Debemos de unir las dos dimensiones en nuestra vida: oración y acción, escucha y servicio. Pero siempre, poniendo lo primero en el lugar que le corresponde. Ojalá que a nosotros no nos tenga que llamar la atención nuestro Señor, como a Marta: "Tú te inquietas y te turbas por muchas cosas, pero una sola es necesaria".

San Benito resumía el estilo de vida que indicaba a sus monjes en dos palabras: "ora et labora", reza y trabaja. Es de la contemplación, de una fuerte relación de amistad con el Señor donde nace en nosotros la capacidad de vivir y llevar el amor de Dios, su misericordia, su ternura hacia los demás. San Agustín decía que la verdad y la felicidad consisten en el orden del amor.

Reflexión
Se cuenta que, en una ocasión, un famoso científico alemán quiso realizar una expedición por el Amazonas. Era una eminencia en los diversos ramos del saber. Llegado al Brasil, le pidió a uno de los naturales del lugar que lo llevara en su barca, río adentro.

El joven aceptó con gusto. Durante la travesía, el sabio preguntó al joven: ¿Sabes astronomía? No. ¿Y matemáticas? Tampoco. ¿Y biología o botánica? –No, yo no sé nada de esas cosas, señor –le respondió el muchacho, muy confundido—. Yo sólo sé remar y nadar. ¡Qué pena! –le dijo el científico— has perdido la mitad de tu vida. Y guardaron silencio.

Al cabo de una media hora se precipitó una tormenta tropical y la barca amenazaba naufragar. Entonces el barquero preguntó al científico: ¿Sabe usted nadar, señor? –No –contestó el sabio-. Y el muchacho, con tono apenado, le dijo: -¡Pues usted ha perdido toda su vida!

Esta simpática historia nos puede ayudar a comprender que hay cosas buenas y necesarias, pero que no son las más importantes de la vida. Mientras que otras, aunque sean aparentemente menos importantes, son las más fundamentales. En otras palabras, nos descubre el sentido de lo esencial.

CANTO

4TO PASO CONTEMPLATIO (CONTEMPLACIÓN)

¿QUÉ RESPONDO AL SEÑOR QUE ME HABLA EN EL TEXTO?

En la contemplación, después de platicar con Dios, hay que saber disfrutar en silencio de su presencia. Hay que gozar a nuestro Padre, adorarlo en la intimidad, saber callar (dejar de pedir) y simplemente quedarse con Él, para después vivir reanimados por su presencia que da luz y vitalidad.

En silencio.

CANTO TODOS

(Del Salmo 118)

Tu Palabra me da vida,

confío en Ti, Señor.
Tu Palabra es eterna,
en ella esperaré.

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor.
Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.

Tu Palabra me da vida …

Postrada en el polvo está mi alma,
devuélvame la vida tu palabra.
Mi alma está llena de tristeza,
consuélame, Señor, con tus promesas.

Tu Palabra me da vida…

Escogí el camino verdadero
y he tenido presente tus decretos.
Correré por el camino del Señor,
cuando me hayas ensanchado el corazón.

Tu Palabra me da vida…

Éste es mi consuelo en la tristeza,
sentir que tu palabra me da vida.
Por las noches me acuerdo de tu Nombre,
recorriendo tu camino dame vida.

Tu Palabra me da vida…

Repleta está la tierra de tu gracia;
enséñame, Señor, tus decretos.
Mi herencia son tus mandatos,
alegría de nuestro corazón.

Tu Palabra me da vida,
confío en Ti, Señor.
Tu Palabra es eterna,
en ella esperaré.

ACTIO (ACCIÓN)

Un paso adicional es el llamado actio (acción); es decir, ¿cómo puedes poner en práctica lo que aprendiste? Ahora toca aplicar esas enseñanzas en la vida diaria.

Observarme: ¿En dónde está mi atención? ¿Mantengo el equilibrio entre acción y contemplación?

ORACIÓN FINAL

TODOS

Concédeme Señor la gracia de descubrir lo importante, para saber cómo elegir la mejor parte y que no me sea quitada. Ayúdame a centrarme en lo realmente importante. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R, Amén.

CANTO