Lectio Divina: Retiro de Adviento 2025
Meditemos la Palabra de Dios en este tiempo de espera al Señor.
FE Y RAZÓN
MESC
11/29/20254 min read


Al día siguiente, Juan estaba de nuevo allí con dos de sus discípulos.
Y fijando los ojos en Jesús que pasaba, dijo: “He aquí el Cordero de Dios”.
Los dos discípulos, al oírle hablar así, siguieron a Jesús.
Y Jesús, volviéndose y viendo que lo seguían, les dijo: “¿Qué buscan?”. Ellos le respondieron: “Rabí —que quiere decir Maestro—, ¿dónde moras?”.
Él les dijo: “Vengan y vean”. Fueron, pues, y vieron dónde moraba, y permanecieron con Él aquel día; era como la hora décima.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y seguido a Jesús.
Éste encontró primero a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” —que quiere decir Cristo—.
Y lo llevó a Jesús. Jesús, fijando la mirada en él, dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Kefas” —que quiere decir Piedra—.
Palabra del Señor.
1. Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, ilumina nuestra mente y enciende nuestro corazón para comprender tu Palabra.
Abre nuestro interior para dejarnos transformar por ella, y concédenos disponernos con humildad
y docilidad. Amén.
2. Lectura (LECTIO) — El texto
Del Santo Evangelio según San Juan (1,35-42)
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijando los ojos en Jesús que pasaba, dijo:
"Éste es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oírle hablar así, siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le contestaron:
"Rabí —que significa ‘Maestro’—, ¿dónde vives?". Él les dijo: "Vengan y lo verán".
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día; era como la hora décima.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús.
Éste encontró primero a su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" —que quiere decir, el Ungido—.
Y lo llevó a Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan; tú te llamarás Cefas" —que significa ‘Piedra’—.
Palabra del Señor.
3. Meditación (MEDITATIO) — ¿Qué me dice el texto?
“¿Qué buscan?”: Jesús no pregunta "¿A dónde van?" sino "¿Qué desean profundamente?".
¿Qué busco hoy en mi vida, en mi fe, en esta Hora Santa?
"Vengan y lo verán”: La invitación no es teórica, es existencial.
Jesús quiere mostrarnos su intimidad, su modo de amar, su presencia real.
“Se quedaron con Él”: La verdadera conversión nace del encuentro, no de ideas.
“Hemos encontrado al Mesías”: Cuando alguien se encuentra con Cristo, no puede callarlo.
“Tú te llamarás Cefas”: Jesús no sólo mira a Pedro; ve lo que puede llegar a ser.
¿Qué ve Jesús en mí hoy?
4. Oración (ORATIO) — ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús, hoy escucho tu pregunta: “¿Qué buscas?”.
Busco tu paz, tu luz, tu fuerza y tu misericordia.
Invítame a tu casa, a tu corazón, y enséñame a permanecer contigo.
Hazme como Andrés, que se entusiasma por Ti.
Hazme como Pedro, que se deja transformar por tu mirada.
Hazme discípulo tuyo, fiel, humilde y valiente. Amén.
5. Contemplación (CONTEMPLATIO) — ¿Qué me invita Dios a vivir?
En silencio, deja que tu corazón repita:
“Maestro, ¿dónde vives?”
“Ven y lo verás”.
Permanece unos minutos contemplando la mirada de Jesús.
Deja que su presencia te transforme sin palabras.
El Magisterio de la Iglesia ha visto en este pasaje de Juan (1,35-42) el modelo originario de la vocación cristiana. Según Dei Verbum, el encuentro con Cristo narrado aquí es un signo de cómo la revelación de Dios se comunica siempre como llamado personal, que interpela la libertad del hombre y lo invita a entrar en comunión con Él.
Cuando Jesús pregunta “¿Qué buscan?”, la Iglesia entiende que es la pregunta fundamental que Cristo dirige a cada discípulo, pues toda vocación nace del deseo profundo despertado por la Palabra y de la respuesta confiada del corazón humano. En la invitación “Vengan y lo verán”, el Magisterio reconoce la pedagogía divina: Dios se revela progresivamente, a través del encuentro vivo, y no sólo mediante ideas o doctrinas.
Asimismo, los Papas han subrayado que este Evangelio muestra la misión apostólica y la transmisión de la fe. Benedicto XVI señala que Andrés, al anunciar a su hermano “Hemos encontrado al Mesías”, representa la esencia de la evangelización: el cristiano, tras haber encontrado realmente al Señor, no puede guardarse esa alegría para sí mismo.
El gesto de Jesús al dar a Simón un nombre nuevo es entendido por la Iglesia como signo de que Cristo no solo llama, sino que transforma, confiere una identidad nueva y un propósito dentro del plan de salvación. Este texto, por tanto, ilumina la vocación, la misión y la identidad de todo discípulo que es mirado, llamado y enviado por el Señor.
6. Propósito (ACTIO) — ¿A qué me compromete esta Palabra?
Hoy me comprometo a:
• Dedicar un momento real de encuentro con Jesús durante el día.
• Ser testigo sencillo, como Andrés, invitando a alguien a acercarse a Dios.
• Permitir que Cristo renueve mi identidad, como renovó el nombre de Pedro.
7. Oración final ante el Santísimo
Señor Jesús Eucaristía,
Tú que pasaste junto a Juan y a los primeros discípulos, pasa hoy también junto a nosotros.
Quédate con nosotros y transforma nuestra vida.
Toma nuestro corazón y hazlo semejante al tuyo.
Toma nuestros miedos y conviértelos en confianza.
Toma nuestros cansancios y vuelve a encender en nosotros la esperanza.
Que tu Palabra nos acompañe, nos purifique y nos sostenga.
Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
A Ti la gloria por los siglos. Amén.
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