Lectio Divina: sábado 30 de noviembre de 2024
"Estad despiertos en todo tiempo"
FE Y RAZÓN


1.- Oración introductoria
En el desierto desolado de la humanidad, el "Señor" hará brotar del reseco y antiguo tronco de David un nuevo retoño; hará germinar una ramita nueva. La venida del Hijo de Dios entre los hombres es Jesucristo, es el Mesías, porque Dios no se da por vencido y nos pide esperar siempre. ¿Qué le decimos al Señor en estos tiempos? Señor, descúbrenos tus caminos, porque el Adviento es la manifestación plena de la misericordia de Dios que viene a nuestro encuentro. Es un camino que se hace, es un camino de renovación, de esperanza, de salvación. Señor, que no olvidemos cuál es el objetivo, que nos preparemos espiritualmente para recibirte con nosotros, porque así tú lo quieres. Que tu amor nos colme, nos haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos. Que nos conservemos santos e irreprochables. Concédenos estar siempre atentos a tu venida y recibir tu liberación. Amén.
2.- Lectura reposada del evangelio
San Lucas 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Palabra del Señor.
3.- ¿Qué dice el texto? Meditación/reflexión
La palabra de Dios está llena de signos, el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, desfallecimiento de los hombres por el miedo y la ansiedad. Representa la condición de quien no conoce la paternidad y el amor de Dios y ha pasado su vida ignorando la venida permanente y la definitiva de Dios. En lenguaje apocalíptico, el mundo está lleno de signos, la creación entera está gimiendo con dolores de parto, el arte está en verlos como paso a algo nuevo que no controlamos, gemimos en nuestro interior suspirando para que Dios nos haga sus hijos y libere nuestro cuerpo.
¡Velemos y hagamos oración continuamente! Señor, te ruego, me ayudes a perseverar en el estar atento y vigilante a tu llegada. Ayúdame a esperarte activamente, amando en todo y sirviendo en todo, a ti y a mis hermanos. Padre, que sepa caminar por los senderos que Tú me indicas con la enseñanza y testimonio de vida de tu Hijo Jesucristo.
¡Contemplemos, alabemos y adoremos a Jesús! Que nos abre al gozo y alegría de su presencia y nos encamina hacia la vida total con Él, que nos llama a la conversión y a una vida de amor permanente.
Apartemos de nosotros todo lo que nos separe de Dios, el temor, las dificultades, el egoísmo, el conformismo, la pereza, la apatía, las malas acciones. En cambio, optemos por Jesús, de atarnos a él por la fe, por la esperanza, "¡porque Esperanza de cielo tanto alcanza cuanto espera!". Estad despiertos, vivamos en profundidad el aquí y ahora recuperando el sentido de vigilancia atenta en su espera, vivamos fieles a su palabra y dejémonos transformar por su gracia. Alzad la cabeza, estad de pie y actuemos siempre atentos al amor de Dios.
Demos gracias a Dios por su bondad, por su amor infinito, exclamemos: "¡Maranatha!"
¡Ven Señor!
4.- ¿Qué me dice hoy a mí esta Palabra ya meditada?
(Silencio)
5.- Cantamos juntos
Ven, Señor de la justicia
ven, Jesús, nuestra esperanza
Ven, Señor de la justicia
ven, Jesús, nuestra esperanza.
Una voz clama en el yermo
Preparad los caminos a Dios
Su Verbo proclama Su Gloria
y aquellos que creen la verán.
El Espíritu está sobre Ti, Jesús
la Buena Nueva a los pobres traes
la libertad al cautivo,
la luz a los ciegos das.
Por nuestra desobediencia
entró el dolor en el mundo;
mas Tú, cargando con ella,
rescatas a la humanidad.
Hermanos, Él es la esperanza
de amor, de justicia y verdad;
por nosotros murió y resucitó
y a los que en Él creen Vida da.
Bendito seas, Dios de Israel,
porque eres fiel a Tu alianza
y has liberado a Tu pueblo
de toda injusticia y temor.
6.- Propósito
Estar despiertos y de pie cada día de nuestra vida a la espera del Señor, dando testimonio de Jesús en medio de este mundo, haciendo un mundo más humano con el rostro de aquél que nos redimió con su sangre.
7.- Oración final
Tiempo de Adviento, Tiempo de espera. Dios que se acerca, Dios que ya llega. Esperanza del pueblo, la vida nueva. El Reino nace, don y tarea. Te cantamos Padre bueno a la esperanza.
Con María, ayúdanos, Señor, a vivir generosos en la entrega, a ofrecer nuestra vida como ella, a escuchar tu Palabra en todo tiempo, a practicar sin descanso el Evangelio, ayúdanos a vivir solidarios con los que sufren, con quienes hoy como ayer en Belén no tienen lugar. Te cantamos Padre Bueno a la esperanza.
Con los pastores de Belén, ayúdanos, Señor, a vivir la Vigilia de tu Reino, a correr presurosos a tu encuentro, a descubrir tu Rostro en medio del pueblo, a no quedarnos "dormidos" en la construcción del mundo nuevo.
Te cantamos Padre Bueno a la esperanza. Con los ángeles de Belén, ayúdanos Señor, a cantar al mundo entero tu Presencia, ¡Dios-está-con-nosotros!
Construyamos la paz entre los hombres, Edifiquemos la Justicia entre los pueblos. Te cantamos Padre Bueno a la esperanza. Con Jesús niño-Dios, ayúdanos, Señor, a abrigar la esperanza que nace en cada Adviento, a escuchar los clamores de tu pueblo, a regar con nuestras vidas la semilla de tu Reino, a ser Mensajeros de tu Amor, a construir comunidades de servicio y oración.
Navidad, fiesta del hombre. Queremos ser tus Testigos, danos la fuerza Señor.
Amén.

