Hace 20 años, el cielo se puso de fiesta cuando el Papa Benedicto XVI emitió un decreto para declarar la beatificación de 13 mártires mexicanos caídos durante la persecución religiosa en México. Fueron 3 sacerdotes y 10 laicos que proclamaron con valentía a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe.
El 20 de noviembre de 2005, miles de católicos se dieron cita en el Estadio Jalisco para presenciar tan majestuoso acontecimiento. Este hecho llenó de alegría al pueblo mexicano por el insigne reconocimiento de sus mártires.
Un signo en el cielo durante la ceremonia
Cuentan los asistentes que, mientras caía el atardecer ese día, Dios permitió un paisaje extraordinario. El cielo se pintó de rojo, como señal y reconocimiento de la sangre de sus mártires. Este toque providencial revistió la ceremonia y elevó el fervor y entusiasmo de los presentes —y del mundo entero—.
¿Quiénes fueron los mártires beatificados?
Los mártires son: Anacleto González Flores, Luis Magaña Servín, Ramón Vargas, Ezequiel Huerta, Miguel Gómez Loza, Leonardo Pérez Larios, Jorge Vargas, Luis Padilla Gómez, Salvador Huerta, Pbro. José Trinidad Rangel, Pbro. Darío Acosta Zurita, Pbro. Andrés Solá Molist y José Sánchez del Río (ahora Santo).
El testimonio de estos mártires debe ser conocido, recordado y difundido. Son un ejemplo de amor a Cristo, de fe, obediencia, caridad, entrega y oración.
Una vida al servicio del pueblo y del Evangelio
Los laicos trabajaron de manera desinteresada por el bienestar social a través del catolicismo social. Inspirados en la encíclica Rerum novarum del Papa León XIII, fundaron diversas organizaciones: centros de catecismo, círculos de estudio, iniciativas para moralizar al pueblo y combatir la embriaguez.
También fundaron cajas de ahorro, mutualistas, promovieron sindicatos para fortalecer a los obreros, impulsaron devociones al Sagrado Corazón y a la Virgen, y participaron activamente en asociaciones como la Adoración Nocturna, la ACJM y los Caballeros de Colón. Fueron trabajadores incansables del bien común.
Sacerdotes firmes en su ministerio
Los sacerdotes de esta lista entregaron su vida al servicio de Dios y de los fieles. Se mantuvieron firmes en su ministerio, administrando los sacramentos de manera clandestina. Vivieron una vida profunda de oración ante el Santísimo y celebraban la Eucaristía con gran fervor.
Muchos fueron acusados injustamente y entregaron su vida con serenidad y fortaleza. En esos momentos se abandonaban a las manos de Cristo Rey y Santa María de Guadalupe. Ese abandono los llenaba de fuerza y esperanza, sabiendo que se encontrarían con Cristo.
Un llamado a nuestra diócesis
En nuestra Diócesis de Aguascalientes estamos viviendo el Año del Encuentro con Cristo. Tomemos ejemplo de la vida espiritual y de acción social de los mártires mexicanos para que nuestra entrega y servicio sean como los suyos. Trabajemos por restablecer el reinado social de Cristo.
El beato Anacleto González Flores, patrono de los laicos en México, decía:
“El Evangelio se repite todo entero, no solo la muerte, sino también la resurrección.”




